El subcampeón de fútbol LASK se encuentra en la repesca de la clasificación para la Liga de Campeones. Seis días después de la victoria por 2:1 a domicilio en el FC Basilea, el equipo de Linz venció el martes en casa al antiguo jefe del equipo de la ÖFB, Marcel Koller, el equipo suizo, por 3:1 (0:0) gracias a los goles de Reinhold Ranftl (59), Thomas Goiginger (89) y Marko Raguz (94), y se adjudicó el billete para la fase final de clasificación.
El último obstáculo en el camino hacia la fase de grupos de un millón de dólares es el Club Brujas, que eliminó al Dinamo de Kiev. La ida en Linz tendrá lugar el próximo martes, y el 28 de agosto la selección de Valerien Ismael estará en Brujas.
«Un sentimiento indescriptible. Sólo puedo agradecer al equipo. Esperábamos que Basilea ejerciera presión, nos mantuvimos en calma. No se puede defender todo. En la segunda parte, lo corrigimos tácticamente, conseguimos un mejor acceso, también entramos en los contraataques y nos quedamos helados», aclamó el entrenador del LASK, Valerien Ismael, tras el pitido final.
«Este es el punto culminante de mi carrera como entrenador, espero que vengan más. Si ganas una vez, puede ser suerte, pero si ganas dos veces, un total de 5:2, es calidad. Hemos demostrado que podemos seguir el ritmo de cualquier rival», declaró el francés.
El defensa central Emanuel Pogatetz tampoco escatimó ningún superlativo: «Esto es definitivamente un punto culminante para el club. Hemos trabajado duro para que esto suceda y hemos hecho un buen progreso. Lo tiramos todo durante 90 minutos».
Para la región de Inglaterra, el salto de calidad de su equipo es inconfundible: «Hemos aprendido mucho del año pasado, estamos madurando y mejorando cada vez más. Tenemos que seguir con ello y ver qué es posible. Basilea también tuvo suerte, pero estaba equilibrada». Después de la sentencia: «Al final vimos lo que se puede lograr con pasión y coraje.»