El futbolista nacional inglés Raheem Sterling ha pedido un castigo más severo para los clubes por las aberraciones racistas de sus seguidores.
Para el jugador de 24 años, el racismo contra un jugador debería implicar una deducción automática de nueve puntos para el club implicado, así como tres partidos fantasma. El sistema actual de multas es sólo un elemento disuasorio insuficiente.
«Puede que suene difícil, pero qué tipo de aficionado se arriesgaría a que su equipo descienda a causa de comentarios racistas o incluso a perder el título», cita Sterling en el diario británico The Times. «El problema del racismo en el fútbol es tan malo, tan profundo, tan lejos de ser resuelto.»
Sterling, oriundo de Jamaica, había sido víctima de insultos racistas tanto en su camiseta del Manchester City como en la selección nacional. En el partido de clasificación para el Campeonato de Europa disputado en Montenegro (5:1) en marzo, Sterling se había tapado los oídos tras los ataques contra su compatriota Danny Rose.
El racismo es cada vez más un problema en el fútbol inglés. El Viernes Santo, los futbolistas de la isla pidieron un boicot inusual y dejaron descansar a sus canales de medios sociales durante 24 horas.